La mayoría de los países del mundo cuenta con un presidente y un gabinete encargados de dirigir el país durante una periodo de tiempo limitado. En Reino Unido, a falta de uno, tienen dos.
Curiosas han sido siempre las tradiciones democráticas del Reino Unido. Uno de los países con una de las trayectorias democráticas más largas que se recuerdan y que en muchas ocasiones se toma como ejemplo de buenas prácticas políticas.
Un país con ciertas singularidades como cuando se comporta como una sola nación a la hora de defender a su tan amada monarquía o la curiosa e inquietante costumbre de no tener redactada una Constitución. Ese es el país de la bandera tricolor (azul, rojo y blanco), el país del Brexit y de Johnson, del fish & chips y del rosbif.
Virtudes y defectos en la política, como en todos los sitios, también son inherentes en la orilla norte del Canal de La Mancha. Tradiciones que otros países, a lo largo de la historia, han ido asimilando y adaptando al tiempo que otras muchas han caído en saco roto.
Una de las que no ha tenido gran éxito allende de Gran Bretaña la de tener un “gobierno en la sombra”. En España, al igual que en otras muchas democracias occidentales, esta figura es un rara avis que se oye en algunas ocasiones cuando escuchamos hablar del Brexit, pero que pocas veces comprendemos.
Pues bien, en el Reino Unido conviven dos grandes gabinetes del Gobierno. El oficial, votado por el pueblo en las elecciones y que cuenta con el beneplácito de la reina para conformar un Gobierno a cargo de un primer ministro y otro, el gabinete en la “sombra” que, también, escogen los británicos, pero digamos que no con el mismo ímpetu que a los primeros.
Y es que el gabinete en la “sombra” no lo conforman otros más que los perdedores de las elecciones. Está formado por la Leal Oposición de su Majestad y son un grupo de
parlamentarios elegidos como portavoces de la oposición. Es decir, un gobierno, alternativo al oficial, que se conforma bajo el liderazgo del jefe de la oposición.
Una característica reseñable de este líder en la “sombra” es que recibe una remuneración diferente al del resto de parlamentarios al igual que forma parte de los órganos consultivos del Gobierno en ocasiones de extrema necesidad e incluso puede tener acceso a secretos de Estado.
Por último, y quizás la característica más atractiva si la relacionamos con nuestra situación política actual, es que el gobierno en la sombra es unipartidista, solamente un grupo político es quien ostenta esta condición. Esto ha venido siendo así debido al carácter marcadamente bipartidista del Reino Unido, con conservadores y laboristas alternándose en el gobierno durante las últimas décadas. Se entiende que, en un modelo de este tipo, resulta más sencillo estructurar un gabinete de oposición, puesto que las partes son más fácilmente identificables y se tiende a favorecer la gobernabilidad.
Al acecho
Pero, ¿cómo funciona un gabinete en la “sombra”? Del mismo modo que el oficial. En este ejecutivo alternativo cada miembro se encarga de hacer un minucioso seguimiento programático y de actuación del ministro titular y de su cartera. En otros términos, el ministro de Economía en la “sombra” se encargará vigilar al ministro de Economía titular a fin de que cumpla con lo prometido.
La oposición se asegura así de mirar detenidamente cada parte del oficialismo para posteriormente cuestionarla en amplios debates en el parlamento.
El principal objetivo de este consejo de ministros de oposición es criticar y fiscalizar las políticas y acciones del gobierno.
El gabinete en la sombra se reúne cada semana, al igual que el oficial, se junta para poner en marcha nuevas medidas programáticas e incluso define la estrategia a seguir durante los debates en la Cámara de los Comunes. También detalla cómo enfrentarán los temas, la guía a seguir para atacar al gobierno o convencer a la opinión pública de que ellos son la mejor opción y la única alternativa al ejecutivo.
Objetivo: 10 Downing Street
Por norma general y la historia así lo ha puesto de manifiesto, en el momento en el que el Gobierno en la sombra pasa a ser el gabinete oficial al servicio de Su Majestad, cada uno de los ministros “oscuros” para a hacerse cargo de la cartera respectiva.
Un simple “gobierno a la espera” que en ocasiones llega al 10 de Downing Street - sede oficial del ejecutivo británico - aunque otras muchas no.
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